El Dpto. de Geografía e Historia ofrece a todos los participantes en esta altamente recomendable ruta de senderismo, programada para el 12 de noviembre, unos apuntes sobre las cualidades naturales y paisajísticas de la ruta.
Moya, conocida como la “villa verde” de las medianías, con su entorno natural de bosque de laurisilva, constituye una de las comarcas más interesantes para el senderista, tanto por sus incuestionables valores naturales como por los valores etnohistóricos que atesora.
Asociada al nombre del legendario caudillo canario Doramas, que combatió en estos barrancos y laderas, la actual villa de Moya fue fundada tras la conquista, y desde entonces ha prosperado como un municipio eminentemente agrario, gracias a la fertilidad de sus tierras, la benignidad de su clima y la disponibilidad de agua.
El municipio de Moya se distingue además por su riqueza natural: el 66% de su superficie se constituye en espacios naturales protegidos, destacando el Parque Rural de Doramas, las reservas naturales especiales de Los Tilos y la de Azuaje, así como la Reserva Natural de Barranco Oscuro y el Monumento Natural de Montañón Negro.
Sin duda, el bosque de laurisilva de Los Tilos, por el que discurre nuestra ruta, es el espacio protegido que mayor atracción ejerce sobre los visitantes, al ser el único bosque de laurisilva de Gran Canaria, con el aliciente de que se trata realmente de un bosque “fósil”, adjetivo que trata de hacer justicia a su legendaria antigüedad, que se remonta a tiempos anteriores a la conquista de la Isla. En realidad, el bosque actual es un ínfimo testimonio de lo que llegó a ser la gran Selva de Doramas, que cubría toda la vertiente de barlovento de Gran Canaria. El bosque era la manifestación más elocuente de los benéficos influjos de los Alisios, vientos suaves y muy húmedos que aportan a las medianías su típico ambiente fresco y brumoso, por encima de los 450 metros de altura sobre el nivel del mar.
La formación vegetal de la laurisilva está integrada por hasta 50 especies diferentes, algunas tan reconocidas como el til, que puede llegar a los 20 metros de altura y da nombre a la reserva natural, así como el laurel, el viñátigo, el barbusano, el palo blanco, el acebiño, el madroño o el mocán, entre otros. Hay incluso especies endémicas en peligro de extinción, como la savia blanca y la cresta de gallo. Las numerosas especies de aves silvestre hacen con sus cánticos más agradable el camino a través de Los Tilos, que discurre en torno a los 2 km por una vereda perfectamente señalizada y acondicionada.
Y para saber más…
http://www.villademoya.es/images/imagenes%20informacion/GuiaTuristica/GuiaTuristica.pdf
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